En un callejón del “gancho de camino”, en el mercado Oriental, Ivón ayuda a despachar en el tramo de su abuela. Es ágil para ofrecer los productos de plástico, saca cuentas, cobra y regresa el cambio a los compradores. Tiene 12 años y cursa sexto grado de primaria en el Colegio Parroquial Belén en Managua.
Dos veces por semana se olvida del tramo y cambia el bullicio del mercado por el silencio de la sala de robótica de su colegio. Ella y siete compañeros más aprenden a ensamblar y programar robots, desarrollados por Lego Education, donde integran la física, matemáticas y la lógica para incorporar acciones en los dispositivos.
“Alejandrita”, como la llama Ivón, es la facilitadora de Glasswing Nicaragua que le enseña a los estudiantes los principios básicos de la robótica. Arman estructuras, programan acciones, miden distancias, identifican objetos, pero sobre todo, se divierten.
Ernesto Varela, gerente de Comtech, es el principal entusiasta para que la robótica sea parte de los planes de estudio en todos los colegios y universidades de Nicaragua. Durante un viaje a la India en 2016, Varela conoció el programa educativo Lego Education, a partir de ahí empezó su cruzada para conquistar a grandes y pequeños.
En la India, Ernesto pudo apreciar las actividades y concursos que se realizan con los sets de Lego Education, comprender la metodología de los clubes fue clave. “Entendimos que cada niño estaba dirigido por un docente o por alguien más especializado, pero que realizaba el papel de un coach. Esto nos ayudó a intercambiar ideas, a ver lo difícil que resulta iniciar y romper ciertos estándares y costumbres en el sector educación y hacerlo totalmente disruptivo a un modelo que incorpore robótica”, comparte Varela.